lunes, 9 de octubre de 2017

CÓMO DETECTAR LAS ALTAS CAPACIDADES – INFANCIA

Para cualquier padre o madre, su hij@ es el más list@”. Esta parace resultar una de las afirmaciones más repetidas quizá porque, salvo desgraciadas excepciones, efectivamente cae de cajón.
Sin embargo sí que sería importante hacer una pequeña acotación al respecto, puesto que aunque la intensidad emocional derivada de la maternidad o la paternidad tienda a eliminar en las personas adultas numerosos criterios objetivos en lo que a un/a hijo/a se refiere, esto no implica necesariamente ceguera absoluta. Al contrario, dicha intensidad emocional no necesariamente tiende a ver perfección en nuestros retoños, sino que habitualmente vienen a sumarse numerosos miedos e incertidumbre, especialmente cuando se percibe, dentro de ese “pequeño reducto” que queda de objetividad, que “
nuestro/a peque…. no es como los demás”.
Hay ocasiones (especialmente con el primero) en las que la sospecha de una posible alta capacidad es descrita por algunas familias como algo que
nace de dentro, es decir, que empiezan a percatarse de que hay indicios tales como precocidad en determinadas áreas de desarrollo; sin embargo, lo habitual es que se necesite una cierta información de carácter externo, quizá para confirmarse a uno mismo, que “eso” que se percibe en el/la peque no es debido a esa ceguera emocional propia de un padre o una madre primeriza.
Y hay ocasiones también en las que se acude a San Google para que nos aporte en cierta manera respuestas a todas las preguntas que se van agolpando en nuestra cabeza en torno a este tema, aunque no siempre se despejan dudas, si no al contrario: se generan muchas más. Quizá por ese motivo, quisiera poder aportar una vez más mi granito de arena para poder acercarse un poco más a las certezas, alejándome de criterios basados en CI, porcentajes, desviaciones típicas o en percentiles, puesto que estos criterios considero que nos pueden ser de mucha utilidad a l@s psicólog@s a la hora de evaluar formalmente la inteligencia, pero lo que las familias habitualmente necesitan es que se las permita ir más allá de una cifra estimada.
EL/LA NIÑO/A CON ALTAS CAPACIDADES INTELECTUALES
1) Rapidez de Aprendizaje.
Suele ser sorprendente la forma tan rápida con la que adquieren ciertos conceptos y posteriormente los aplican con sentido (no por mera imitación), lo cual suele repercutir sobre el uso y manejo que hacen del lenguaje. Esto puede empezar a percibirse incluso desde una etapa evolutiva muy temprana, siendo aún bebés.
Lo que suele resultar más sorprendente para las personas que conviven con ese/a niño/a es que de pronto, un día desarrolla una habilidad, cuando la semana pasada no había ningún atisbo de la misma.

2) Memoria a largo plazo.
Existen distintas formas en las que aplicamos nuestra capacidad de retención, y es por ello que desde la psicología cognitiva se haya hablado de distintos tipos de memoria. En este caso, lo llamativo en un@ niñ@ pequeñ@ con altas capacidades no es la memoria a corto plazo (de breve duración y muy limitada, la que nos permite desenvolvernos en la cotidianidad del día a día), sino la de largo plazo, especialmente en etapas en las que nuestro cerebro no suele retener información más allá de 2 ó 3 meses (siendo muy optimista) sin haber tenido contacto con la misma.
Sin embargo, nos sorprende comprobar cómo un/a peque que aún no ha cumplido los 2 años, se acuerda a la perfección de sus primos, con los que estuvo sólo durante unos días en vacaciones de Navidad y que hace más de 8 meses que no ve. Y deja a papá con la boca abierta comprobar que después de haberle leído durante 3 días antes de acostarse su libro favorito, de pronto, lo cuenta él exactamente igual a como se lo habían contado.
Eso obviamente, puede tener ciertas implicaciones, y no sirve el recurso que en ocasiones se utiliza desde el mundo adulto para salir del paso de una situación en el presente, como que 
“el mes que viene, te prometo que volvemos a la feria”. Al mes siguiente, no tengas duda que te recordará que le prometiste algo…. y que una promesa no se rompe.

3) Interés por el Aprendizaje.
Aquello que les genera curiosidad, despierta en ell@s unas ansias enormes por seguir aprendiendo. Es por esto que cuando tienen un tema que les resulta de interés, pueden pasarse horas, días e incluso semanas investigando y/o practicando en torno a todo lo relativo a ese tema. En casa se suele comprobar que cuando esto sucede, es como si los diálogos con él/ella se volviesen un tanto monotema: cualquier cosa la encuentran relacionada con su área de interés y no hay nada más importante que hablar sobre ello.
Aquí caben ciertas cuestiones a tener en cuenta para alejarse de uno de los mitos que más acechan a las altas capacidades (y que más daño moral pueden acabar haciendo durante la etapa escolar):

           3.1) No todo le interesa.
Hay determinados contenidos a los que no se les encuentra utilidad en el momento actual, no se entiende por qué hay que memorizarlos y resultan tremendamente aburridos. Esto puede desencadenar un tedio por el estudio de esta materia tan grande, que puede llegar a generarles una gran frustración, creyendo incluso que lo que les pasa es que no son tan inteligentes como los otros niños.

          3.2) No tiene respuestas para cualquier cosa.
De hecho, lo más llamativo no suele ser lo rápido que responde, sino lo rápido que pregunta. Cuando algo le interesa, lo que le genera en primera instancia es un mar de dudas, lo cual hace que empiecen a surgir preguntas de lo más variopinto en torno a ese tema: ¿por qué los astronautas vuelan en el espacio? ¿por qué la Tierra gira sobre sí misma? ¿Si en el espacio no hay oxígeno y no hay fuego sin oxígeno, el Sol no se apaga? ¿Por qué el ser humano tiene esta forma y no otra más parecida a otros animales?

          3.3) Las que respuestas que se le ocurren, no necesariamente tienen que ser las verdaderas, pero sí desde luego muy imaginativas y originales. incluso relacionadas con la magia o los superpoderes extraordinarios.

4) Independencia y Responsabilidad.
No son desde luego personas adultas en pequeñito. Pero sí suelen preocuparles determinados temas de tipo emocional y social que suelen pasar desapercibidos a la mayoría de niñ@s de su misma edad, como que cuando aún no ha cumplido los 2 años te digan que si mami está malita, tiene que ir al médico, o “si dices que hay que eliminar las hierbas del jardín para cuidar del medio ambiente, ¿acaso matar a esas hierbas que también son seres vivos no es dañar el ecosistema?, o que te increpen cuando pretendes quitar una tela de araña alojada en el baño porque es la vivienda de un animal, al cual le ha costado mucho esfuerzo hacerla….¿cómo te sentirías tú si alguien mucho más grande de pronto decidiera destrozarte tu casa?

5) Aplicación de lo aprendido a otras áreas.
Es habitual que cuando aprendemos algo nuevo, seamos capaces de extrapolarlo a otros campos diferentes (una poesía aprendida en lengua sirve también para aportar mayor comprensión al siguiente tema de sociales). Sin embargo, es muy llamativa la precocidad con la que son capaces de relacionar conceptos de distintas áreas unos con otros desde edades muy tempranas.
Lo cierto es que no se trata tanto de encontrar grandes y llamativos talentos concretos (que en ocasiones efectivamente los hay), sino en percatarse de que la mayor diferencia radica en el grado, la intensidad y el método a través del cual llegan a desarrollar ciertas habilidades comunes para la gran mayoría de los seres humanos, lo cual les posibilita un acceso al aprendizaje de manera muy diferente. Y es por ello por lo que es importante una detección temprana: aprenden de forma distinta, por lo que necesitan una atención distinta.

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