jueves, 5 de octubre de 2017

LA ADQUISICIÓN TEMPRANA DE LA LECTURA EN LA ALTA CAPACIDAD INTELECTUAL

Uno de los aspectos más llamativos cuando hablamos de las AACC suele ser la temprana adquisición de la lectura (aunque no se da en tod@s l@s niñ@s). Y más concretamente, la manera en la que es adquirida. Puede resultar tremendamente llamativo y por ello deberíamos reflexionar acerca de este tema, haciendo un recorrido de manera breve y resumida por la forma no sólo en la que se adquiere, o cómo se adquiere, sino más bien por cómo se desempeña y desarrolla conforme se va consolidando la “técnica”.
Centrémonos de manera exclusiva en la lectura, ya que la capacidad de escritura implica otro tipo de habilidades diferentes, si bien el desarrollo de ambas es de suma importancia.
Leer es importante. Una afirmación sencilla, breve y bien cierta. Y no sólo desde el punto de vista académico, sino desde el de la educación más informal. Obviamente, es importante mantenerse en la consideración de los amplios beneficios de la lectura y por ello hemos de tomar conciencia de hasta qué punto media en nuestras vidas poseer la capacidad de “saber leer”. Quizá es una de esas habilidades adquiridas acerca de la cual no nos paramos a reflexionar con detenimiento, lo cual puede hacernos caer en el gravísimo error de su menosprecio, aunque no sea de manera voluntaria, sólo por abandono.
La lectura es comunicación, pero también es pensamiento, es adquisición e intercambio de sabiduría. Por eso hay un antes y un después marcado por el momento en el que se va adquiriendo cada vez con mayor soltura.
No es una habilidad banal y sencilla en absoluto. Desde nuestra perspectiva de “expertos” adultos que hemos aprendido a leer hace ya unos cuantos años, podemos caer en el error de creer que no hay nada más sencillo que conjugar, unir una “m” con una “a”, pronunciar “ma”…y ya está ¡lectura adquirida! No podemos imaginarnos la complejidad que esto entraña a nivel cognitivo, porque se trata no sólo de leer la sílaba “ma”, sino de entender lo leído y comprender qué y para qué ha sido leído… es más: se trata de descifrar un código compuesto por letras, que a su vez se combinan para ir formando otras unidades de complejidad creciente (sílabas, palabras, oraciones, etc).
COORDINACIÓN DEL SISTEMA PERCEPTIVO
No es entendible el procesamiento de la información leída de forma ajena a la coordinación del sistema perceptivo implicado hasta llegar al reconocimiento de la palabra. Tal y como describe F. Valle, antiguo profesor, hemos de considerar:
1) Los movimientos oculares (tanto movimientos sacádicos o “saltos”, fijaciones en el estímulo, como los movimientos regresivos o “vuelta atrás”)
2) La amplitud del campo visual
3) Características temporales
4) Características físicas de los estímulos (mayúsculas/minúsculas, letras/números, el tamaño de la palabra, etc.)
Y esto sólo es el comienzo…

FORMAS DE LECTURA
¿Cómo leemos? Anteriormente mencionaba el ejemplo de m + a = ma… Esta es sólo una forma y de hecho sólo válida para nuestro idioma. ¿Qué ocurre entonces con aquellos idiomas que no se rigen por esta regla de “fonema a fonema”? Me refiero a palabras, llamémoslo, irregulares. La manera de adquirir la lectura de las mismas pasa por el reconocimiento de la palabra completa, como si de un dibujo se tratara, similar al sistema chino.
1) Lectura LÉXICA. Sigue una “ruta visual”. Hay idiomas, como el nuestro, cuyo aprendizaje de la lectura (al menos en situaciones escolares habitualmente) se inicia con el reconocimiento en primera instancia de cada letra por separado, bien en mayúscula, bien en minúscula (no ambas a la vez). Continúa con la combinación entre letras y la pronunciación de sílabas, para a continuación pasar a palabras, y posteriormente a frases. Afortunadamente cada vez más se utilizan metodologías gracias a las cuales esto que acabo de describir no se lleva a cabo de manera aislada, sino dentro de un contexto y asociado a alguna acción o dibujo pertinente.
2) Lectura no LÉXICA. Sigue una “ruta fonológica”. Otras lenguas poseen palabras cuya pronunciación no se rige por esa lectura de “fonema a fonema”, sino que, como decía, hay que conocer la palabra completa y saber pronunciarla. Sería como si nos enseñaran el dibujo de un tomate, y al verlo dijéramos “tomate”.  Este sería el sistema chino.
3) Lectura MIXTA . Hay palabras que se pueden leer por la “ruta visual”, y otras por la “fonológica”. Es el caso del inglés, por ejemplo. Se puede leer “banana” por la ruta visual. Pero “laugh” requiere otro tipo de vía.
Centrémonos en nuestro idioma. Lo que me resulta más llamativo en todo caso, es que en la nuestra, si bien es cierto que el inicio de la lectura puede comenzarse a los 3 años desde el punto de vista anteriormente expuesto, ¿por qué entonces se dice que el niño o la niña no tiene capacidad para aprender a leer hasta los 6 años? La respuesta podemos encontrarla en que a los 3 años la mayoría de los niños pueden tener la capacidad de lectura entendida sólo desde el punto de vista la pronunciación, no de la comprensión lectora. Es decir, un niño de 4 años puede leer “el gato bonito”, pero no entender el significado de lo que está leyendo, porque no tiene por qué poseer la capacidad cognitiva necesaria para integrar toda esta cantidad de información compleja.
Conforme vamos adquiriendo mayor destreza lectora, parece ser que nuestro sistema cambia de una ruta meramente visual, o dicho de otro modo, letra a letra, a una ruta más global. Es decir: no leemos R-E-S-T-A-U-R-A-N-T-E, sino “RESTAURANTE”, porque conocemos la palabra, su significado, y la entendemos como un todo, no por partes.
La ventaja fundamental de este tipo de lectura viene a ser que cuando se nos presenta una palabra cualquiera, seremos capaces de leerla correctamente, independientemente de que la conozcamos o no. Y mediante el contexto de lectura deducir su significado.
¿La desventaja? Puede parecer que no hay…. pero ¿qué ocurre cuando un niño de 4 años de edad ya posee la capacidad para leer por la segunda ruta? Existe una mayor probabilidad de cometer ciertos errores porque su experiencia con las palabras, obviamente es más limitada. Esto significa, que si no ha tenido nunca contacto en la lectura con la palabra “RESTANTE”, y sí con la palabra “RESTAURANTE”, lea lo segundo en lugar de “RESTANTE”… y hay que considerar este hecho, especialmente para evitar diagnósticos erróneos (desgraciadamente demasiado comunes), lo cual desembocaría en medidas adoptadas no adecuadas para apoyar su desarrollo lector.
Nadie tiene derecho a frenar el conocimiento. Ni a menospreciar un don. Tan sólo hay que esforzarse por comprenderlo más allá de la a veces excesivamente ponderada “sabiduría popular”.

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